El Congreso brasileño aprobó una legislación forestal que deja a áreas como la región del Amazonas sin protección ambiental y dejaría impune a aquellas personas que han atentado en contra de ellas.
El nuevo código indulta los delitos de deforestación cometidos hasta el 2008, perdonando, así, una deuda equivalente a $5.680 millones según cifras del Ministerio de Medio Ambiente de Brasil. Del mismo modo, se establece que ya no será necesario reforestar 30 metros de ribera sino que, a partir de ahora, serán solo 15 metros. Por último, para ríos más anchos de 10 metros, cada estado brasileño será el encargado de determinar el tamaño de las áreas protegidas según su propio criterio.
Organizaciones como la WWF ha criticado la medida y espera que esta sea sancionada por la Presidenta Dilma Rousseff, quien tiene un periodo de 15 días para firmar la ley.