Minsa atendió a más de 43 mil personas afectadas por violencia entre el 2005 y 2012

Brindar atención integral a las personas víctimas de la violencia familiar y/o social, requiere de una preparación. Sobre todo si existe la necesidad de que la atención se realice en los puestos o centros de salud (primer nivel de atención) y no solo en los hospitales psiquiátricos.

Por ese motivo, el Ministerio de Salud, a través de la Dirección de Salud Mental y con el apoyo de la Agencia de Cooperación Internacional de Japón JICA, fortalecieron la atención en 12 regiones del país. Para ello se eligieron lugares donde ocurrieron hechos violentos que dejaron como consecuencia, la violencia familiar y social: víctimas de desastres naturales, padres con adicciones y niños afectados por la violencia en sus hogares.

De esta forma, el Minsa brindó atención a 43 mil 691 personas que fueron víctimas de violencia en las regiones de Ayacucho, Cusco, Junín, Huancavelica, San Martín, Ucayali, Huánuco, Pasco, Apurímac (Abancay y Andahuaylas), Puno, Ica y la zona de Huaycán, en Lima. De esa cantidad, 6, 481 personas fueron derivadas a hospitales especializados, debido a la gravedad de la enfermedad psicológica que presentaban. Esa fue una de las primeras conclusiones del seminario nacional “Avances en la Atención Integral de Salud a Víctimas a Violencia”, el cual se inició este jueves 26 y terminará el sábado 28 en el Ministerio de la Salud.

Si bien, en la primera etapa de este trabajo –entre el 2005 al 2008–, se identificaron rezagos de violencia política, en una segunda etapa –del 2009 al 2012– se encontraron otros tipos de violencia, como la violencia familiar, social y en caso de desastres, como lo ocurrido tras el terremoto de Pisco.

La atención a las víctimas de violencia se logró gracias al proyecto de fortalecimiento de los servicios de salud, el cual logró capacitar, entre el 2005 y 2012 a 470 profesionales de la salud de dichas regiones.

 Si bien, la Dirección de Salud Mental ya venía trabajando en estas zonas, los profesionales de salud se capacitaron con un diplomado gratuito, en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. El personal aprendió técnicas para realizar una evaluación integral a los pacientes. Es decir, que si iba una paciente por un dolor de cabeza, el médico no solo le recetaba un calmante, sino indagaba las causas de este malestar, que podía estar relacionado a un problema de salud mental (ansiedad, depresión, adicción, etc.). Con este nuevo enfoque y con el valor agregado del diplomado, mejoraron la técnica para identificar y rehabilitar a las víctimas de violencia.

Otro resultado del trabajo fue la instalación de Mesas de Lucha contra la Violencia, la creación de agrupaciones de mujeres que fomentan habilidades sociales, se insertó en el tema de la violencia a los alcaldes regionales y se logró la inclusión de la atención en temas de violencia en la currícula de siete universidades nacionales. De esta forma, las nuevas generaciones de profesionales de la salud contarían con el nuevo enfoque en la atención de personas con enfermedades en salud mental.