Jueves 25 de abril 2024 | Contáctenos
La mayoría personas acude al médico porque tiene algún malestar que les aqueja. Sin embargo, el trasfondo de esa enfermedad física puede ser un tema de violencia familiar. Es por ello, que el personal de salud del Minsa se encuentra cambiando el enfoque y en cada paciente, descubre si su malestar tiene que ver con una alteración en su salud mental.
Este cambio en la atención viene desde el año 2005, cuando el personal inicia una capacitación financiada por la Agencia de Cooperación Internacional de Japón – JICA, en la cual recibieron técnicas para abordar y rehabilitar a los pacientes víctimas de violencia.
En total, 470 personas recibieron la capacitación, entre psicólogos, psiquiatras, médicos generales, enfermeros y otras especialidades vinculadas a la cadena de violencia. Así lo informó la Dra. Gloria Cueva, directora de Salud Mental del Minsa, durante el seminario nacional “Avances y resultados regionales en la atención integral de salud a víctimas de violencia”, que finalizó ayer.
En la actualidad, la atención integral de salud se realiza en los puestos y centros de salud (atención primaria) de once regiones del país. En Lima, en los centros de salud de Laderas de Chillón, zona X de Huaycán, Rinconada en San Juan de Miraflores, en el centro de salud de San Luis, entre otros hospitales. La población puede acudir a esos establecimientos para recibir una atención integral, que combine salud física con mental.
“Pretendemos atender a las personas en los lugares donde lo necesitan. Ampliar la oferta del servicio a toda la población en función a generar el buen trato hacia las mujeres, niños y adultos mayores, que es la población más vulnerable”, indicó la Dra. Cueva.
Modelo de crianza “a la antigua”
La Dra. Cueva menciona que la violencia familiar ocurre porque en muchos lugares del país se sigue usando patrones antiguos de crianza: la mujer en la casa y el varón sale en busca del sustento económico. Pero hoy, la realidad es distinta. De acuerdo a la intervención realizada en las doce regiones, se observa el machismo desde las escenas cotidianas: cuando la esposa le sirve más cantidad de comida a los varones o permiten que solo el “jefe de la casa” sea quien consuma alimentos de origen animal, mientras que los demás solo se alimentan de carbohidratos y vegetales.
Asimismo, se observa la sumisión de las mujeres hacia sus parejas y la aceptación del maltrato físico luego de las fiestas patronales donde se consume gran cantidad de alcohol. Es por ello que la especialista señala que “si bien la violencia familiar tiene que ver con un tema de educación y afectividad, se va modulando en las etapas más tempranas de la vida. Es en la crianza donde se deben afianzar la equidad de los roles del hombre y del la mujer”, indicó Cueva.
La violencia familiar viene a ser la agresión que se da en el seno familiar, generalmente entre padres o hijos u otras personas que viven dentro de ese entorno. Se da de distintas formas: violencia basada en género, maltrato infantil, contra el adulto mayor, entre otras.
Cargando...