El resultado de la encuesta publicada la semana pasada por IMA sobre los negocios minoristas de Lima Callao confirma la tendencia que vemos desde hace unos años en nuestra realidad: las mujeres peruanas en el ámbito urbano están desarrollando emprendimientos, que les permiten aumentar los ingresos y así completar el presupuesto de las familias con menos ingresos.
El 62% de negocios minoristas de Lima y Callao es administrado por mujeres y, analizando más a fondo el tipo de actividad que ellas desarrollan, vemos que las bodegas y los puestos de mercado, actividades en las que la confianza es básica entre proveedoras de estos servicios y los clientes, se realizan entre mujeres ya que son las “caseritas” las que muchas veces obtienen crédito para completar las compras diarias y poder así cumplir con la tarea del menú familiar.
Sin duda alguna, a partir de hacer “la plaza” diaria, muchas mujeres han podido desarrollar actividades económicas que les permitieron enfrentar con éxito la experiencia microempresarial, sin más apoyo financiero o de capacitación. Por lo contrario, podemos ver que los hombres que desarrollaban emprendimientos podían encontrar apoyo financiero por parte del sistema financiero, más otras ventajas de género, que en nuestro medio se tradujo en una mentalidad machista, que tiene una proyección social y económica.
La mujer peruana demuestra capacidad y eficiencia para emprendimientos de éxito, generando capacidad de ahorro. El Estado no puede estar ajeno a esta realidad y debe desarrollar programas que apoyen estas iniciativas. Empoderando a las empresarias lograremos una sociedad más justa, más eficiente y finalmente menos machista, que nos permita leer más titulares en los periódicos de historias de éxito empresarial de nuestras emprendedoras y menos casos de maltrato a mujeres y de feminicidio (Artículo escrito por Jorge Palao para el diario La República).
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