La Organización Mundial de la Salud (OMS) revela que la radiación entre las personas que habitaban la zona de Fukushima, Japón, bajó sus niveles los cuales fueron calificados como no nocivos. Además, el estudio realizado in situ consideró a los pobladores de la localidad, al resto de los japoneses y también a los habitantes de países vecinos.
La investigación concluye que ninguno de los grupos poblacionales cuenta con niveles de radiación superiores a los límites de mayor peligro para la salud que están establecidos por la Comisión Internacional de la Protección a la Radiación (ICRP).
Por último, el estudio señala que las personas contaminadas lo hicieron vía oral y al estar en contacto directo con el suelo contaminado.