Informalidad en tiempos de crecimiento

Más que un problema, el sub-empleo o empleo informal en el Perú se ha constituido como una solución a la imposibilidad de generar empleo por parte del sector formal de la economía. Esta situación actuó como la válvula de una olla a presión, liberando presiones sociales y económicas, cuando estas se acercaban a niveles insostenibles y permitiendo una “cocción” acelerada de su contenido, que ahora podemos ver los resultados: crecimiento de la demanda interna, por parte de la población económicamente activa empleada por el sector informal (10 millones de peruanos), que está permitiendo un sostenido desarrollo económico.

Si bien es cierto la “receta” de lo que cocina es distinta a lo que vemos en los manuales (un sector informal sin derechos laborales, ni pensiones y seguridad social, que dota a este “mercado laboral” de una extremada flexibilidad), pero no por ello carente de beneficios, que se acuerdan, de forma bastante eficiente dentro de las unidades de producción que la sustentan: las Mypes familiares, asumiendo estas, de alguna forma, el ahorro previsional, costos de servicios de salud, períodos vacacionales, etc., de esta fuerza laboral familiar.

Todo aumento salarial debe ir ligado al alza de la productividad de los trabajadores, si esto no se da, esta medida tendría consecuencias negativas. Estoy convencido que estas decisiones se toman de forma correcta dentro de la empresa familiar “informal”. Esperemos que dentro del sector formal se realicen estos incrementos buscando incentivar la productividad de esta fuerza laboral (esto no será posible sin capacitación y formación constante) y así evitar obstruir la válvula de esta olla a presión que representa nuestra actual economía. La receta final que se obtenga debe perseguir la eficiencia de toda nuestra economía buscando un equilibrio entre lo formal y lo “informal” (Extraído de la columna de Jorge Palao del diario La República).