Parques verdes

Tejer mimbre, esparto, palmito, cualquier rama de otro árbol, arbusto o fibra vegetal fue la primera tecnología que aplicó la humanidad, ello les permitía elaborar objetos útiles.

El paso del tiempo y la evolución industrial provocaron el desuso en la utilización de algunas fibras y la evolución de otras, como es el caso del sauce.

El sauce es un material muy versátil que permite desarrollar nuevas e innovadoras aplicaciones basadas en sus propiedades y precisamente con las mismas técnicas que nuestros antepasados.

Una de estas aplicaciones tiene como punto de partida la utilización del sauce vivo, plantado y posteriormente entre tejido para, crear gracias a su flexibilidad, construcciones que pueden convertirse en espacios para jugar.

La naturaleza nos abre, pues, las puertas a la construcción de espacios vivos, dinámicos y sostenibles, que hacen las delicias de los niños cuando juegan a esconderse, a construir cabañas, etc.

Esto lo da la facilidad con que se puede trabajar el sauce, un material ideal que permite la participación de todo el mundo; incluso los niños pueden dejar fluir su imaginación con la construcción deestructuras que invitan a jugar, lo cual nos ofrece un perfecto trampolín para desarrollar actividades complementarias.

Desde el diseño del espacio, el trabajo manual, el aprendizaje de formas arquitectónicas clásicas y del ciclo biológico de la planta, nos encontramos ante una gran variedad de actividades formativas y pedagógicas que nos llevan a conseguir un objetivo común: la construcción de un lugar para el juego. Una combinación de túneles, cabañas indias, laberintos, etc. no son más que espacios creados con estructuras de mimbre y sauce a partir de un diseño previo.

Se nos ofrece la posibilidad de fomentar el trabajo en equipo y entre generaciones -padres, monitores, jóvenes, niños-, de trabajar con las manos y sorprenderse de lo que uno es capaz de realizar y de disfrutar del trabajo creando un espacio de juego con unos materiales muy simples y casi desde la nada. Esta implicación se traduce en una relación afectuosa con la obra hecha que a su vez ayudará a que sea conservada por los usuarios.

Es importante tener en cuenta la función climatológica, que nos permite aprovechar el sol en invierno y la sombra en verano. Estas creaciones invitan a penetrar en su interior, a formar parte de un espacio vivo, a entender y respetar la naturaleza, a observer los cambios estacionales, a despertar la actividad psicomotriz, a jugar en la frondosidad de la vegetación sin alejarse de la visión exterior, a fijarse en la luz que traspasa en medio de las sensaciones de la magia del sauce (Con información de la revista digital Laeco.net).