Más de 20 mil huevos de tortugas marinas y sus crías fueron prácticamente arrasados. Ellas estaban consideradas en peligro de extinción.
Esta especie animal era uno de los atractivos de la isla pues llamaban la atención de los turistas.
Las tortugas y huevos que sobrevivieron corrieron un destino conmovedor pues como quedaron indefensos en la superficie fueron devorados por los canes y buitres que merodeaban la zona.
Sin embargo, el Gobierno de Trinidad y Tobago no ha pronunciado al respecto. Solo queda la voz de los indignados ecologistas.