Cuando se le acusa, actúa confundido. Así es exactamente como el nuevo jefe de Tepco, Naomi Hirose está jugando sus cartas. En una conferencia de prensa, Hirose declaró que estaba "desconcertado" por las críticas que su empresa enfrentaba por el papel que jugó durante el manejo de la catástrofe de Fukushima.
De acuerdo con un panel de investigación designado por el parlamento, la mayor parte de la catástrofe podría haberse evitado si Tokyo Electric Power Co, sus reguladores y el gobierno hubieran sido más conscientes de los riesgos que planteaba un tsunami, pero ignoraron las advertencias.
Tepco es conocido por acallar las cosas, sobre todo después de su propia admisión en 2007 de que había falsificado los informes de seguridad y vicios ocultos en sus reactores durante décadas, según publica japandailypress.com.
Además de los trabajos para "la desmantelación segura y estable" de la central, Hirose insistió en que la eléctrica debe luchar por reducir la brecha que cree que se ha abierto entre la compañía y la sociedad nipona tras el accidente.
"La confianza (de los clientes) puede resquebrajarse en un solo día, como hemos visto. Sin embargo, reconstruirla llevará mucho tiempo", reconoció.