Banner Tuvivienda
Jueves 25 de abril 2024   |   Contáctenos
REDES SOCIALES
Sábado 28 de julio 2012

La Carta de "Manu" Ginobilli tras ser levantado para control antidopaje

Según el atleta, vivió una mañana para el olvido.
La Carta de 'Manu' Ginobilli tras ser levantado para control antidopaje
Foto: Internet

La estrella del basquetbol argentino, Emanuel Ginobilli, además  jugador de los San Antonio Spurs de la NBA, contó con gracia como vivió junto a su compañero Luis Scola, la prueba de control de dopaje en los Juegos Olímpicos Londres 2012.

A continuación la reproducción de la carta completa:

"Son las 7.15 y con mi querido compañero de habitación Luis Alberto Scola dormimos plácidamente en nuestras alargadas camas de 2.20 metros.
Un insistente golpe de puerta nos despierta. Pienso que nos quedamos dormidos, luego que se está derrumbando la villa y hay que evacuar, pero después escucho ese acento inglés tan particular que le pide a Luis su credencial. El 4 de la selección no puede hablar de lo dormido que está, parece que se hubiera comido un kilo de arena a mitad de la noche. Como lo describe en su tweet, me pregunta si en caso de declararse culpable nos dejarían dormir un par de horas más, yo que tampoco entiendo nada, sonrío y escucho la bizarra conversación que incluyó una pregunta muy picante e incisiva: "¿Me puedo lavar los dientes?". Ante semejante pregunta, este buen hombre toma su handy y empieza a preguntar a su superior si, de hecho, podía o no. No se si echarlos, reírme, ignorarlos o qué, pero doy media vuelta e intento dormirme otro rato mientras nuestro amigo se va con paso lento y doloroso rumbo al laboratorio mientras repite una y otra vez "Que mala leche".

Vuelvo a sonreír y le digo a mi acolchado temático: "Pobre! Hay que tener mala suerte..."

Mucha luz entraba por la ventana, intento dormir, giro de un lado a otro, miro la hora, escucho ruidos y siento un cosquilleo bien interno que me pide a gritos una visita fugaz al baño a buscar la paz interior, fue una larga y placentera búsqueda. Cuando vuelvo a la tranquilidad de mi ahora solitaria y silenciosa habitación, apoyo la cabeza en la almohada, me relajo y hasta contemplo lo duro que hubiera sido tener que levantarse e ir a hacer el control en esa situación.

Miro otra vez el reloj, 7.50. Pienso en lo dulces que serían las próximas dos o tal vez tres horas de sueño cuando de nuevo escucho un golpe insistente de puerta. Esta vez más lejano, pero igual de incansable. Nadie parece darle importancia, así que voy yo a las puteadas. Abro y veo a otro sonriente colaborador diciéndome que es del control antidoping. Viene a buscar a otro del equipo. Todavía quedan once jugadores más y no puedo evitar pensar en ese 9% de chances que sea yo y lo desestimo, soy un tipo de suerte. Cuando me pide la credencial me hace dudar, pero claro, son ingleses y el básquet no es su deporte. Le pregunto a quien busca, pero insiste en pedirme la identificación olímpica, pienso inmediatamente que estoy al horno. Al mostrársela escucho la frase que definitivamente no quería escuchar habiendo vaciado completamente mi vejiga 2 minutos antes: "Señor, me tiene que acompañar""

Participa:
Valorar
Cargando...
COMENTARIOS
0 comentarios
2018 Grupo Generaccion . Todos los derechos reservados    |  
Desarrollo Web: Luis A. Canaza Alfaro    |    
Editor de fotografía: Cesar Augusto Revilla Chihuan