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Domingo 21 de octubre 2012

Fitoterapia: insuficiencia venosa

Una vez más el aspecto dietético es también fundamental.
Fitoterapia: insuficiencia venosa
Foto: alergias.net

Entre los trastornos de la circulación periférica, la Fitoterapia presenta interés especial en la insuficiencia venosa crónica, cuadro que de modo general incluye diferentes signos y síntomas: pesadez de las piernas que aparece cuando se está de pie y suele acentuarse conforme va pasando el día, dolores punzantes que se calman cuando se elevan las piernas, calambres musculares nocturnos, hormigueos en las piernas y, en muchas ocasiones, varices y varicosidades.

Las varices de las extremidades inferiores constituyen la enfermedad vascular periférica más frecuente y se debe fundamentalmente a una insuficiencia de las válvulas venosas. Estas válvulas son incapaces de contribuir al retorno de la sangre al corazón y de soportar la presión hidrostática de la columna de sangre, lo cual provoca una dilatación de la pared venosa. Ello da lugar a una sensación de fatiga y pesadez en las piernas, tobillos hinchados y capilares visibles y rotos.

Las dilataciones venosas superficiales en forma de telaraña, de coloración roja o azulada y al tacto lisas, a menudo denominadas arañas vasculares, pueden tener su aparición en la adolescencia y aunque, en principio, no son más que un problema estético, si van aumentando puedan dar lugar a la formación de las varices propiamente dichas, y posteriormente puede aparecer edema, induración y úlcera varicosa. Cierta predisposición familiar, la necesidad de estar largo tiempo de pie, el sedentarismo, la obesidad, el tabaquismo, el tratamiento hormonal durante la menopausia o el uso de anticonceptivos orales, son factores ligados a la aparición de este tipo de patología, así como situaciones fisiológicas especiales, como el embarazo.

Las medidas higiénico-dietéticas -elevar las piernas, duchas refrescantes, gimnasia descongestionante, natación, caminar al menos 1 hora al día, vendaje de las piernas si es necesario y tratar la obesidad y el estreñimiento como posibles patologías asociadas- deben ir acompañadas de un tratamiento a base de plantas

Una vez más el aspecto dietético es también fundamental. Por ello, es necesario tomar al menos 2 litros de agua fuera de las comidas, realizar una alimentación basada en verduras frescas, frutas ricas en vitamina C, frutas con acción vasoprotectora P (cerezas, arándanos, grosellas, uvas), pescado azul, fibra, aceite de oliva, piña y evitar las grasas de carnes rojas, charcutería, fritos, aceites refinados, leche entera de vaca, café y sal en exceso.

Algunas plantas utilizadas para tratar estos trastornos venosos pertenecen a nuestro ámbito mediterráneo, como la vid roja, el rusco y el meliloto. El castaño de Indias, la sófora, la ruda, una especie de eucalipto (Eucalyptus macrorryncha) y el trigo sarraceno son fuente de rutósido, un flavonoide muy utilizado como serie química para importantes preparados vasoprotectores.

Cabe destacar además el árbol eterno, el árbol de los cuarenta escudos, o el árbol de la esperanza: el conocido ginkgo, que además de su interés botánico es una de las plantas medicinales más utilizadas en la actualidad. Aunque sus indicaciones terapéuticas mayoritarias estarían relacionadas con distintos tratamientos sobre enfermedades cerebrales, también mejora la capacidad reológica de la sangre, es un buen captador de radicales libres derivados del oxígeno y está implicado en procesos fisiopatológicos como la agregación plaquetaria y la inflamación.

Por nombrar alguna otra planta de procedencias y culturas distintas, tenemos el caso del “avellano de bruja” o hamamelis (Hamamelis virginiana) y la hierba del tigre o Centella asiatica.

La omnipresente hiedra (Hedera helix) será un buen complemento, ya que vía externa, además de ser útil en el tratamiento de la celulitis, moderará la sensibilidad de los nervios periféricos.

En casos de insuficiencia venosa crónica se utilizarán plantas que ejerzan un efecto vasoconstrictor venoso, disminuyan la permeabilidad y aumenten la resistencia capilar, impidiendo así la formación de edemas por estasis venosa y que realizan con frecuencia una acción antiinflamatoria.

INFUSIONES

120 grs. de Cupressus sempervirens, 150 grs. de  Hamamelis virginiana, 60 grs. de Corylus avellana (hojas),  120 grs. de Vitis vinifera.

Se ponen 5grs de mezcla de estas plantas en 250ml de  agua hirviendo. Se dejan en infusión durante 10 min. y se  toma una taza tres veces al día entre las comidas, 20 días  al mes, durante tres meses.

15 grs. de Aesculus hippocastanum, 20 grs. de Ruscus  aculeatus, 15 grs. de Hamamelis virginiana, 15 grs. de  Crataegus monogyna, 15grs. de Vitis vinifera y 20 grs. de  Citrus aurantim.

Se preparan también en infusión y se toma una taza  después de la comida y la cena.

EXTRACTO FLUIDO

Se mezclan 20 grs. de extracto fluido (1:1) de Salvia  officinalis, Ginkgo biloba, Vaccinium myrtillus y Melilotus  officinalis, 10 grs. de Althaea officinalis, 8 grs. de Vitis  vinifera y 2 grs. de Ribes nigrum.

Se toman 60 gotas 3 veces al día.

EXTRACTOS HIDROALCOHÓLICOS

Tintura madre de Ruscus aculeatus y Vitis vinifera,  125ml. Se toman 80 gotas diluidas (mañana y noche)  antes de las comidas, 20 días al mes.

Si hay inflamación en el trayecto venoso: Tinturas madres  de Viburnum sp., Salix alba, Aesculus hippocastanum,  Hamamelis virginiana, 125ml. Se toman 70 gotas tres  veces al día en un poco de agua.

PREPARADOS VÍA TÓPICA

Se preparan dos cucharadas soperas de aceite vegetal de  avellano a las que añadiremos 2 gotas de aceite esencial  de ciprés, limón y abedul respectivamente.

Realizar masajes ascendentes en las piernas,  preferiblemente de noche, así evitaremos la exposición  solar inmediata, ya que en general los aceites esenciales  de los cítricos pueden dar lugar a reacciones de  hipersensibilidad solar.

También se pueden hacer emplastos resultantes de la  infusión de hojas de vid, fresno y abedul, y de la  decocción de rizoma de rusco y albura (corteza sin suber  de tilo).

Ingredientes

15 grs. de tilo (albura), 15 grs. de tilo (inflorescencias),  40 grs. de vid roja (hojas), 40 grs. de meliloto (sumidad  florida), 40 grs. de rusco (rizoma), 40 grs. de hiedra  (hojas), 40 grs. de fresno (hojas), 40 grs. de sol de oro  (inflorescencias) Helichrysum stoechas, 50 grs. de aceite  vegetal de caléndula, 3 gotas de aceite esencial de cedro  del Atlas, 3 gotas de aceite esencial de ciprés, 3 gotas de  aceite esencial de romero, 3 gotas de aceite esencial de  limón y 25 grs. de cera de abejas.

Preparación

Realizaremos primero una decocción con la raíz de rusco y la albura de tilo y la añadiremos en frío sobre  aproximadamente 250 ml de agua. Lo pondremos al  fuego y lo dejaremos en ebullición unos 10 minutos. A  continuación añadiremos el resto de las drogas vegetales.

Retiraremos el preparado del fuego y lo dejaremos reposar  unos 15 minutos. A continuación, colaremos el  preparado, del cual obtendremos aproximadamente unos  175 ml. de líquido.

Al mismo tiempo habremos puesto en un recipiente al  baño maría los 25 grs. de cera de abeja y los 50 grs. de  aceite vegetal de caléndula, que removeremos hasta que  la cera quede fundida. A continuación añadiremos los 175  ml. obtenidos previamente sobre la cera fundida junto  con el aceite de caléndula y lo removeremos  constantemente hasta conseguir la emulsión adecuada.

Dejaremos enfriar y finalmente añadiremos las tres gotas  de los correspondientes aceites esenciales. Lo  guardaremos en el frigorífico, teniendo presente que  tendrá una fecha de caducidad aproximada de 1 mes.

Aplicar por la noche. Los resultados obtenidos son  francamente satisfactorios (Escrito por José Daniel Custodio para la revista La Eco).

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