El pequeño hermano de Al Horford, jugador de los Atlanta Hawks de la NBA, no pudo ocultar su sorpresa y admiración ante la belleza de la Cheerleaders que se acercó amablemente a su asiento para ofrecerle unas golosinas.
El niño tomo unos dulces, pero los dejó de lado cuando notó 'dos poderosas razones' que parecían mirarlo fijamente.
Y es que la voluptuosidad de la parte de arriba de la porrista llamó su atención y eso quedó demostrado con el gracioso gesto que realizó.
El hecho se produjo durante el partido entre Atlanta Hawkas y los Washington Wizard.