El marketing tradicional no cuenta, nuestros clientes son cada día más cultos y exigentes, además hay tres ingredientes que se suman a su decisión de compra: Tecnología de la información, supremacía de las marcas y ubicuidad de las comunicaciones y el esparcimiento integrados.
Entonces nuestros consumidores dan por descontadas cosas tales como las características y ventajas funcionales, la calidad del producto y una imagen de marca positiva. Lo que desean es productos, comunicaciones y campañas de marketing que encandilen sus sentidos, les lleguen al corazón y estimulen su mente.
Desean productos, comunicaciones y campañas con los que se puedan relacionar y que puedan incorporar a sus formas de vida, que generen experiencia.
El Marketing por experiencia, viene a decir que los compradores son impactados por experiencias gratas o desagradables cuando adquieren un producto o servicio. Obviamente vuelven a comprar el producto los que son gratamente impactados. Esta sensación o vivencia es posible provocarla desde el momento mismo en que se realiza la compra. (La forma más simple es con una grata sonrisa del vendedor).
Al hablar de vivencias y sensaciones, el MK por experiencia abre paso a la colaboración de viejas teorías sicológicas sobre la percepción, la sensación y las vivencias, lo que permite a nuevos gurús añadir nuevos ‘apellidos’ al Marketing, como MK Vivencial, MK Sensorial, y un largo etcétera que de venir, vendrá, como MK Olfativo, MK Gourmet, MK Visual, MK Auditivo, hasta un posible MK Holístico.
Sin embargo lo cierto es que hoy el cliente está mejor preparado, tiene un portafolio de opciones, mejores ofertas y algo muy curioso, no es un tema de precio, es un concepto de servicio, aquel que logre ofrecerlo de manera diferente tendrá la compra.
Por ello, desde ahora lo invito a que siempre sonría al futuro comprador y mírelo amablemente a los ojos, él forma el flujo de caja del negocio (Con información del periódico La Primera).
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