La ONU dio a conocer un estudio del 'permacongelamiento' de Siberia, alerta de un aumento de sólo 1,5 grados centígrados en la temperatura y liberaría “una bomba de un billón de toneladas de metano y CO2”.
El derretimiento de esta capa (formada por tierra o roca con hielo permanente y materia orgánica atrapada), libera CO2 extra a la atmósfera. Sólo en Siberia, el derretimiento masivo de esta capa liberaría más de 1.000 gigatoneladas de dióxido de carbono y metano, principales gases de efecto invernadero, advierten expertos de Rusia, Suiza, Gran Bretaña y Mongolia.
Esto repercutirá de manera problemática en el clima, en los ecosistemas y en las infraestructuras construidas por el ser humano, según advierte Kevin Schaefer, del Instituto Cooperativo para la Investigación de Ciencias Medioambientales.
Por su parte, el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) ha confirmado que el 'permafrost' o 'permacongelamiento' ya ha empezado a derretirse en algunas zonas del planeta y podría liberar entre 43.000 y 135.000 millones de toneladas de dióxido de carbono de aquí al año 2100.