Neymar marca la diferencia y Brasil se impone a México por 2-0 en la Copa Confederaciones avanzando así a la semifinal

Un angulo del primer tanto brasileño, marcado por Neymar

La magia de Neymar se hizo presente esta noche en el estadio Castelao, en Fortaleza, al noreste de la inmensa geografía del coloso sudamericano. Un tanto a los 9 minutos, y el servicio para el segundo en las postrimerías del encuentro, hizo vibrar a las graderías arropadas de un cúmulo de polos auriverdes.

La alegría del pueblo se llama Neymar hoy en un socialmente convulsionado Brasil. El flamante delantero del Barcelona, de tan solo 21 años, dijo presente y afirma su presencia en esta escuadra dirigida por Luiz Enrique Scolari que es una mezcla de prudencia y seguridad en la línea defensiva y espontaneidad y fuerza en el ataque.

Esta tarde el 10 carioca mostró superlativamente de lo que es capaz. De lo que puede el talento puesto al servicio de una causa que no es otra que la del destino de campeones que es el de los pentacampeones del mundo. Lo hizo a los 9 minutos de juego, cuando oportuno con el pie izquierdo recuperó un rebote de un defensa mexicano y lanzó con la fortuna de los grandes un potente tiro e incrustó el balón en la portería defendida por Corona.

Y no solo eso, pues cuando todos pensaban que la auriverde se iría a los camerinos con una victoria por la mínima diferencia, vino otra vez la magia de este superdotado del fútbol quien pasando el balón entre dos defensores aztecas sirvió con toda frialdad desde la izquierda a Jo, que con acierto ensayó un disparo al arco que Corona no pudo por segunda vez defender.

Infructuosos resultaron los esfuerzos de los dirigidos por José Manuel de la Torre. Los ocho remates al arco y los cuatros disparos directos a la portería podrían haber merecido mejor destino y recompensa. La suerte no los acompaño; esfuerzos hubo de su parte, los 7 corners, 2 más que los lanzados por la escuadra carioca, dan testimonio de su insistencia. Al igual que la poca diferencia en términos porcentuales en lo que concierne al control del balón: 49 por ciento para ellos, 52 por ciento para los dueños de casa.

Así es la vida, así es el fútbol, sobre todo cuando se confronta a una escuadra como la de Brasil.