Cuidado con los dolores abdominales, de espalda o tórax

El aneurisma de aorta abdominal es una patología que se desarrolla de manera silenciosa, sin síntomas en el organismo y cuando estos son percibidos por la persona, se presentan con dolor abdominal, espalda o tórax, lo que significa que llegó a un estado severo, con riesgo de la vida del paciente, advirtieron voceros del Ministerio de Salud (Minsa).

Victoria Armas Rodríguez, jefa del servicio de Cardiología del hospital Nacional Arzobispo Loayza dijo que la ruptura del aneurisma produce una severa hemorragia interna y en este tipo de situaciones, las probabilidades de supervivencia son casi nulas. Incluso, las intervenciones quirúrgicas de emergencia ante un aneurisma a punto de desgarrarse, tienen un riesgo de mortalidad del 40 por ciento.

“La aorta es la arteria principal del sistema circulatorio que transporta la sangre oxigenada a todo el organismo y cuando se produce un aneurisma, es decir, el deterioro del tejido elástico de la aorta con dilatación y debilitamiento progresivo de las demás capas por la presión sanguínea, el paciente corre el riesgo de sufrir un desgarro en dicha zona” explicó.

Refirió que en el grupo de riesgo se encuentran las personas mayores de 50 años, hipertensas, fumadores activos, con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), con ateroesclerosis (acumulación de grasa en las paredes de los vasos sanguíneos), y aquellas con antecedentes familiares de aneurisma, entre otros.

Armas señala que la mejor forma de evitar este mal es a través de una ecografía abdominal; con este examen realizado, el diagnóstico o descarte se efectúa de manera rápida. Si se detectara un aneurisma pequeño, se puede controlar clínicamente con medicamentos, y si fuera de mayor tamaño, es necesaria una intervención quirúrgica o un procedimiento invasivo mínimo. Lo importante es no llegar a una fase crítica o de emergencia.

Recomendaciones

Para reducir el riesgo de desarrollo de aneurisma de aorta abdominal y otras enfermedades cardiovasculares, es importante adoptar hábitos saludables como una dieta baja en grasas, práctica de actividad física, evitar el consumo de tabaco y mantener controlada la presión arterial.