Viernes 19 de abril 2024 | Contáctenos
En el Smithsonian Folklife Festival que se desarrolla en el National Mall de esta ciudad hay un stand donde nueve tejedoras procedentes de diversas comunidades de la provincia de Urubamba en el Cusco muestran a los visitantes sus habilidades, sus técnicas ancestrales, sus diseños contemporáneos, y la forma cómo estos conocimientos y saberes han enriquecido sus vidas, le han imprimido un sello de identidad, y le han brindado una mejor calidad a sus vidas cotidianas.
Se trata del Centro de Textiles Tradicionales del Cusco, informa la Ministra de Comercio Exterior y Turismo (MINCETUR) y Presidenta del Consejo Directivo de PROMPERÚ, Magali Silva Velarde–Álvarez, quien dice que al mismo tiempo que los visitantes al Festival se admiran de las danzas peruanas no tienen palabras para demostrar su admiración por la calidad de los tejidos andinos.
“Desde 1996, año en que se fundó esta asociación”, señaló, “se inició el rescate, la difusión y el fomento de los tejidos precolombinos, con un componente investigativo que lo adecuó a los nuevos tiempos, y les ha ayudado a revitalizar una cultura y una identidad para las generaciones presentes y futuras”.
La directora del Centro de Textiles Tradicionales del Cusco Nilda Callañaupa sostiene que en el transcurso del Smithsonian Folklife Festival están sucediendo cosas maravillosas. Inmediatamente nos relata con entusiasmo que han escenificado para los visitantes la ceremonia de bendición de la lana y de las fibras de alpaca.
“Esta es una tradición de los comuneros de Pitumarca, una de las diez comunidades que integran nuestra Central. Esta bendición consistió en un pinku de alpaca, una acción en la que les colocamos flores, arrojamos chicha de jora, recitamos poemas y sirve además como ofrenda para su reproducción, pues han llegado hasta aquí cuatro alpacas hembras”, detalló.
En el auditorio del Museo del Indio Americano, Nilda Callañaupa ha ofrecido una charla sobre el impacto de turismo en la cultura popular de su pueblo y sobre las posibilidades que esta ofrece a los viajeros del mundo. Narró el inicio de su asociación y los logros que han obtenido e inmediatamente finalizada su disertación recibió un aluvión de preguntas de niños y adultos.
Estas preguntas se han repetido una y otras vez y está segura de que se repetirán hasta el final del Festival. Una de las interrogantes tiene su base en la elaboración de los tintes naturales que logran a partir de la cochinilla y de otros frutos naturales.
“Están admirados de los colores que obtenemos, de la confección de los gorros y chullos que les mostramos, y del tela en el que hacemos las prendas grandes, un instrumento que nos legaron nuestros antepasados. Pero también les hemos mostrado la preparación del plato tradicional del Cusco: el chiriucho, y la frutillada y la chicha de jora”, mencionó.
El Centro de Textiles Tradicionales del Cusco está integrado por más de 600 tejedoras que provienen de diez comunidades: Chinchero, Chahuaytire, Accha Alta, Patabamba, Mahuaypampa, Sallac, Chumbivilcas, Huacatinco, Pitumarca, y Acopia.
“Seguimos recibiendo peticiones de mujeres que desean incorporarse a la asociación. Todo dependerá del apoyo que obtengamos”. Mientras tanto, siguen trabajando y mostrándole al mundo la riqueza de un pasado y una identidad que les llena de orgullo.
El Smithsonian Folklife Festival - Perú Pachamama abrió sus puertas el 24 de junio y durará hasta el domingo 5 de julio. Es organizado por el MINCETUR y el Instituto Smithsonian en la capital estadounidense.
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