En la actualidad la orientación de las empresas ha cambiado, enfocándose no sólo en el alcanzar los objetivos propuestos sino también en la inteligencia emocional. Y es que un colaborador motivado y comprendido en su entorno laboral puede llegar a ser 80% más productivo.
Así lo indicó Enrique Pérez–Wicht, Coordinador del Centro de Liderazgo para el Desarrollo de la Universidad Católica San Pablo de Arequipa, quien también sostuvo que, si en la empresa se maneja una baja inteligencia emocional, dicho porcentaje puede reducir a un 50% en su productividad.
La inteligencia emocional es hacer liderazgo de manera inteligente. Tomar las decisiones adecuadas, no solo considerando las metas y objetivos de la empresa, sino también comprendiendo a los trabajadores.
De acuerdo al especialista, un equipo de trabajo sin inteligencia emocional, tendrá dificultades para comprender lo que sucede dentro del equipo. Las relaciones interpersonales pueden ser superficiales, lo que conlleva a que sean menos productivos.
“Es importante identificar las emociones de los trabajadores pues no basta con conocer cómo se siente el equipo, sino saber tomar decisiones prudentes al respecto”, recalcó el docente.
Tomando en cuenta la búsqueda del crecimiento óptimo de la empresa, Enrique Pérez–Wicht, remarcó algunos consejos significativos para mejorar la inteligencia emocional de la empresa:
Otro problema que reduce la productividad es el clima laboral. Si el trabajador percibe que su jefe no lo escucha o se toman decisiones sin tomarlo en consideración, percibirá que se no cuenta con el apoyo de su equipo ni se trabaja en equipo, lo cual es perjudicial para la empresa.
“Entender las emociones de los trabajadores ayudará a generar empatía en el equipo de trabajo. Entre más humanos sean los directivos, más humana es la empresa y más productiva será la organización”, finalizó el Coordinador del Centro de Liderazgo para el Desarrollo de la UCSP de Arequipa.