Definitivamente Steven Gerrard no tiene química con los niños. Esto quedó demostrado antes del último encuentro del Liverpool ante el West Bromwich por la Liga Premier. El volante fue a saludar a un niño en la cancha pero el menor no le dio la mano y dejo a la estrella inglesa con el brazo estirado.
Lo más curioso es que esta no es la primera vez que Gerrard sufre con el saludo de un niño porque un hecho similar pasó en un partido de los “reds” contra el Chelsea en 2007. Un pequeño hincha le tomó el pelo y lo dejó con la mano estirada.
Sin duda, Gerrard tendrá que hacer algo para que los niños no lo dejen 'mal parado'.