Seis minutos fueron suficientes para el pitazo final. El partido de fútbol entre Italia-Serbia, válido por la clasificación de la Eurocopa 2012, fue suspendido debido a los brotes de violencia que se vivió en el estadio de Génova.
Según recientes informes, alrededor de 1.500 desadaptados serbios arrojaron bengalas cerca del portero italiano Emiliano Viviano y el árbitro Craig Thomson (Escocia), provocando además de las piedras y petardos que se suspenda el encuentro clasificatorio.
La violencia se acrecentó cuando intentaron ingresar al terreno de juego, aunque los daños se evidenciaron después con destrozos en el interior del estadio: arrancaron los asientos y prácticamente dinamitaron los baños del recinto.
No hubo pérdidas que lamentar pero el miedo se instaló en los aficionados locales.