La goleada del Barcelona sobre el Real Madrid (5-0) dejó muertos y heridos. A pocos minutos del pitido final, Sergio Ramos le propinó un manotazo -de ahogado- a Carles Puyol que le valió la expulsión.
A su salida del campo de juego, además, agredió a su compañero de selección, Xavi Hernández, que más tarde declaró sentirse sorprendido por la actitud del duro lateral blanco.
Cabe anotar, que la estrepitosa caída significó la primera gran goleada que un equipo de José Mourinho haya recibido en competiciones domésticas e internacionales.