Han pasado 13 años desde aquella sangrienta noche cuando millones de personas se quedaron atónitas al ver al boxeador Myke Tyson arrancarle de un mordisco parte de la oreja a su oponente Evander Holyfield. Eso ya no era deporte, sino salvajismo puro.
En una entrevista que publica hoy el diario británico The Guardian Tyson admite su error y señala que lo hizo porque estaba influenciado por las drogas.
“Fueron las drogas. Sólo pensaba en las drogas. Yo creía que era Dios, me sentía como Dios. Pero lo hecho, hecho está”, afirmó el boxeador a quien el diario le dedicó un reportaje titulado “El hombre de hierro se derrite”.
“Yo no pensaba en el boxeo cuando lo mordí. No me preocupaba el boxeo. Está mal lo que le hice, muy mal. Me volví como loco”, aseguró el ex pugilista y campeón del mundo.