Hoy comenzó la historia del campeón más joven en la historia del UFC. Jon Jones cumplió con lo prometido y mandó a dormir en tan sólo tres round a Mauricio "Shogun" Rua, y así convertirse en el nuevo campeón semipesado de la más grande franquicia de artes marciales mixtas en el mundo.
“Siento como si ese cinturón fuera mío. Lo quiero, lo voy a tomar, lo voy a mantener conmigo y empezare arrebatándoselo a Shogun”, dijo Jones la semana pasada. Y lo cumplió. A sus 23 años y con apenas dos años en el negocio, el estadounidense se hizo caer al decretarse la finalización del combate. Y no era para menos.
Su alegría era tal, pues había noqueado a la leyenda del PRIDE, "Shogun" Rua, que, increíblemente, no hizo nada ante la enorme diferencia muscular, de tamaño y distancia del estadounidense. Fue como si compararan un mosquito de una cucaracha o una bicicleta de una moto. De lejos, mejor.
El primer round prácticamente fue un golpe a la piñata. Mientras Rua intentaba soltar uno, dos o tres combinaciones de puño; la bestia negra (12-1, 6-1 UFC) -como lo llamo- le reprimía ello y lo multiplicaba con golpes voladores de todos los ángulos. Los giros sorpresivos, su fuerte. Y la quijada del rival, su razón.
El segundo fue similar al primero, y de ahí pasaron al último y definitivo. Después de varios take dows (derribes), acompañados de violentos puños, Shogun materializó las apuestas en contra, la localía del rival y cayó, cual lectura al epitafio, pero se levantó al ver un recto a su mandíbula que casi le cae.
Quizás con la agonía de los valientes o para mantener su récord (19-4, 3-2 UFC), el natural de Couritiva, Brasil, empezó a tambalear al otro extremo del baño de sangre, hasta chocar las rejas, para caer molido por una contundente patada y un golpe directo al hígado. Se había terminado el combustible y el campeonato.
Finalmente, como brillo de un espectáculo irrepetible, el ex campeón de la categoría, Rashad Evans -aún lesionado- subió al octágono para retarlo por el cinturón. Lo anecdótico, sin embargo, es que ambos comparten más que los sueños, comparten ser compañeros de entrenamientos. "Sólo persigo mis sueños. Nada más", culminó Jones.
Por Fidel Ríos Gonzáles.