Refrescante y curativa, así es esta bebida que se ha popularizado en el Perú hace décadas de años. Puede servirse fría o caliente, dependiendo de la estación y la utilidad que se le quiera dar.
Poner la cebada en un colador y dejarla bajo el chorro de agua fría, moviendo los granos con la mano para limpiarlos. Cuando el agua salga transparente, dejarlos escurrir brevemente y pasarlos a una cazuela.
Cubrir la cebada con el agua y llevar a ebullición. En ese momento, bajar el fuego y dejarlo de este modo hasta que los granos de cebada estén tiernos (3/4 hora aprox.).
Colar el agua y dejarla en el recipiente en el que se vaya a servir. Añadir el azúcar (se indican 1 y 1/2 cucharadas, pero esta cantidad de azúcar puede modificarse según gustos) y remover hasta que se haya disuelto.
Si lo desea, puede añadir al agua la piel del limón y la ramita de canela (añadirlos cuando el líquido ya esté fuera del fuego).