Un postre de lujo... para preparar desde el día anterior a ser degustado.
Lo primero que se debe hacer es preparar la crema el día anterior. Llevar a ebullición en un cazo la leche con la vainilla y la piel de limón. Retirar el cazo del fuego y dejarlo reposar al menos 30 minutos.
Se debe batir en un cuenco las yemas con 100 grs. del azúcar hasta que el azúcar se haya disuelto y la mezcla esté espesa y cremosa.
Hay que poner a hervir la leche a fuego lento. Verter 4 cucharadas en una taza y hacer una pasta homogénea con la maicena. Incorporar en la leche y remover 1 minuto a fuego lento.
Verter la leche sobre el huevo y mezclar bien. Encajar el cuenco en un cazo con agua hirviendo a fuego lento y remover la crema unos 25 o 30 minutos, o hasta que vele el dorso de la cuchara.
Se debe repartir la crema en cazuelitas de barro. Dejar que se enfríe, tapar las cazuelitas y dejarlas en el frigorífico al menos 12 horas.
Antes de servirla, espolvorear la crema con el resto del azúcar. Caramelizar el azúcar con un poco soplete de cocina o bajo el grill precalentado al máximo.
Dejar que el caramelo se enfríe y cristalice. Seguirá estando duro 1 hora a temperatura ambiente, pero en el frigorífico o si dejara pasar más tiempo el caramelo se derretiría.