Una salsa chilena, lista para usar en la cocina. Se hace con un día de anticipación.
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Se muelen los dos ingredientes en una licuadora.
En una sartén colocar la mezcla y al fuego que no sobrepase los 90° C, durante una hora aproximadamente.
Se retira y dispone en un colador con un papel absorbente o papel filtro y se deja de un día para otro para que los sólidos queden en el papel.
Los resultados son espectaculares ya que a un precio muy económico se puede obtener aceite de excelente calidad de nueces, maní, almendras, sésamo, amapolas etc.