Para cualquier hora del día.
2 huevos.
1 vaso de aceite de oliva.
1 vaso de azúcar.
1 vaso de anís.
1 vaso de leche entera.
1 sobre de levadura.
Harina (la que entre), aproximadamente 500 gr.
Canela en polvo y azúcar para rebozar.
Ralladura de corteza de limón.
Aceite abundante para freir.
Foto: pandulcesyotraspalabras.com
Mezclamos en un bol los huevos, el azúcar y la leche. Los batimos bien, con una varilla pastelera (o cuchara de madera) hasta que se haga una pasta homogénea y sin grumos.
Le añadimos el aceite y el anís, lo volvemos a batir hasta que el aceite ligue con los demás ingredientes. Añadimos a la pasta el sobre de levadura y le vamos añadiendo harina poco a poco. Amasamos con las manos, hasta que la masa obtenida se vaya separando del bol.
En la encimera de la cocina espolvoreamos un poco de harina y encima se coloca la masa, añadimos harina y amasamos enérgicamente hasta que no se pegue a los dedos.
Una vez obtenida la masa, hacemos una bola, tapamos con un paño y dejamos que repose una media hora. Cogemos pellizcos a la masa, hacemos churros con las manos, juntamos las dos puntas y freimos en abundante aceite muy caliente.
Una vez fritas, las rebozamos con una mezcla de azúcar con una cucharilla de canela en polvo. Las dejamos enfriar antes de comerlas.