Una postre light para aquellas personas que quieren mantener la figura.
Lavamos, pelamos las manzanas y las cortamos en 8, como si fuesen gajos.
En una cacerola colocamos el azúcar y la miel, llevamos a fuego bajo hasta que empiece a disolverse cuidando que no se queme. Añadimos el té verde y disolvemos completamente el azúcar. Agregamos la cáscara de limón (solamente la parte amarilla), y las hojas. Cocinamos hasta que el liquido reduzca y las manzanas se ablanden.
Servimos fría o caliente y decoramos con algunas hojitas de menta.