Prueben esta sencilla opción...
6 personas
12 alcachofas medianas
3 cucharadas soperas de buen vinagre
9 cucharadas soperas de aceite fino
1 cucharada de perejil, muy picado
1 limón (medio entero y medio en zumo)
agua
sal
Se les quita a las alcachofas el tallo y las hojas duras externas. Se cortan en dos mitades a lo largo, se frotan con medio limón a medida que se van cortando y se echan en agua fría con zumo de limón.
En una cacerola se pone agua abundante con sal y, cuando hierve, se van echando las alcachofas. Cuando rompe de nuevo el hervor, se baja el fuego para que siga cociendo despacio y se tapa la cacerola con tapadera. Se dejan hasta que estén tiernas – unos 25 minutos, según la clase de alcachofas; se probará arrancándoles una hoja para saber si están en su punto -.
Se escurren una vez cocidas, estrujándolas ligeramente. Se colocan en una fuente con la parte cortada hacia arriba. Se deja en un tazón la vinagreta, disolviendo primero la sal con el vinagre y añadiéndole luego el aceite. Se bate bien y con una cuchara se rocían las alcachofas. Después se espolvorean con perejil y se sirve.