El mar peruano es el más rico del mundo. Sus cardúmenes y biodiversidad diseminados en este extenso y temperado litoral constituyen la prueba. Para nadie resulta ahora extraño que, tarde o temprano, el hombre de estas latitudes hubiera tenido que considerar a esta riqueza ictiológica como fuente de su alimentación cotidiana.
Para nadie tampoco, que algo peculiar y distintivo surgiría de la culinaria de estos lares, como consecuencia de esta larga complicidad gastronómica entre el hombre y su mar: uno de nuestros platos bandera, el omnipresente y enigmático Ceviche.
1 Kg. de pescado blanco, fresco y sin fibras.
3 cebollas medianas cortadas a la pluma, ligeramente gruesas.
8 a 10 limones.
5 ajíes limo picados.
Pimienta (opcional).
Una pizca de kión chancado.
Sal.
1 ½ cucharada culantro picado.
3 hojas de lechuga.
3 camotes amarillos.
8 rodajas de choclo (maíz).
1 rocoto cortado en rodajas finas para decoración.
No sobrepasarse con el jugo de limón pues se puede estropear el plato, el limón debe ser lo suficiente para remojar y cocinar el pescado.
Si hay niños que deseen participar del convite, hacer un preparado aparte, obviando el ají limo picado, ya que este es bastante fuerte.
Cocinar el choclo en rodajas de 2 cm con unos granos de anís.
Cocinar los camotes, pelarlos y cortarlos en rodajas de 2 cm.
Lavar el pescado con agua y sal. Cortarlo luego en cuadrados de 1 a 2cm.
Cortar la cebolla a la pluma, ponerle sal.
Poner el pescado en una fuente y sazonar con un poquito de kión chancado y sal. Añadir el ají limo picado chiquito y el limón recién exprimido, la pimienta y el culantro picado. Dejarlo reposar 10 minutos. Probar el picante del jugo. Colocar cebolla encima del pescado.
Adornar la fuente con el choclo, el rocoto en pequeñas rodajas, el camote y las hojas de lechuga.