Una ensalada fresca, ideal para acompañar carnes y para que en su preparación participen los pequeños de la casa. No nos olvidemos integrarlos también a la experiencia en la cocina, cuidándolos del fuego y de los instrumentos filosos. Por lo demás, incluirlos en el quehacer culinario e ir relatando lo que están haciendo será una excelente terapia familiar.
8 personas quedaran eternamente agradecidas.
1 Repollo blanco.
3 latas de piña en almíbar.
1/4 kg. Pasitas (pequeñitas).
1 taza de vinagre.
6 cucharadas de mayonesa.
3 cucharadas de azúcar.
2 cucharaditas de sal.
1 Taza de almendras.
Nueces.
Guindas rojas y verdes.
Cuando se le agregue la sal, se debe ir probando para que no quede muy salada, ya que esta es una ensalada más bien dulzona.
Picar el repollo en tiritas bien finas. Al igual que la piña en cuadraditos. Colocar una olla con agua al fuego, y cuando esté hirviendo, agregar el repollo y dejar solo por 5 minutos. Pasar por un colador y escurrir el agua.
Luego, en una ensaladera, mezclar el repollo, la piña, las pasas, las almendras, y sazonar con el vinagre, la sal, el azúcar y la mayonesa. Mezclar bien y reservar en la nevera, refrigerador o heladera. Se sirve bien fría, adornando con las nueces y las guindas.