Una receta internacional, disponible para cualquier mesa.
Corte las cebollas en anillos y póngalas en una cacerolita con el aceite; tape bien y cueza suavemente durante 1/2 hora, revolviendo de vez en cuando. Resultará un puré apenas dorado.
Disuelva el extracto en un cucharoncito de agua caliente, agregue a la cebolla, salpimiente y cueza 10 minutos, sin tapar.
Mientras tanto, habrá cocinado los spaghetti en abundante agua salada hirviendo.
Cuéle la pasta, eche la salsa encima, mezcle y sirva. Esta pasta se sirve sin queso.