Una receta que se constituye en joya, para cualquier cocina. Un aporte de Mexico para el mundo.
- 3 chiles mulatos
- 3 chiles anchos suaves
- 5-6 chiles Nuevo México o California
- 1 cebolla picada
- 5 dientes de ajo picados
- 450 g de tomates maduros
- 2 tortillas, preferiblemente duras, en trocitos
- 1 pizca de clavo
- 1 pizca de semillas de hinojo
- ? de cucharadita de cada: canela, cilantro y comino
- 3 cucharadas de semillas de sésamo ligeramente tostadas, o tahín
- 3 cucharadas de almendras escaldadas, en láminas o picadas gruesas
- 2 cucharadas de pasas
- 1 cucharada de crema de cacahuete (opcional)
- 500 ml de caldo de pollo
- 3-4 cucharadas de chocolate puro rallado, y un poco para adornar
- 2 cucharadas de guindilla suave molida
- 3 cucharadas de aceite vegetal
- sal y pimienta
- 1 cucharada de zumo de lima
1- Sujetándolos con unas pinzas metálicas, ase los chiles sobre la llama del fogón hasta que se chamusquen. También puede asarlos bajo el grill precalentado, dándoles la vuelta de vez en cuando.
2- Ponga los chiles en un cuenco o cazo, vierta agua hirviendo encima, cúbralos y deje que se ablanden como mínimo 1 hora, o toda la noche. Una o dos veces, levante la tapa y recoloque los chiles, para que se remojen uniformemente.
3- Retire los chiles remojados del agua. Deseche rabillos y semillas, y trocee la pulpa. Pásela a la batidora.
4- Añada la cebolla, el ajo, los tomates, las tortillas, las especias, el sésamo, las almendras, las pasas y la crema de cacahuete, y tritúrelo bien. Con el motor en marcha, añada suficiente caldo para obtener una pasta suave. Añada el resto del caldo, el chocolate y la guindilla molida.
5- Caliente el aceite en una cazuela de base gruesa hasta que humee y eche la pasta con cuidado, pues salpicará al tocar el aceite caliente. Cuézala 10 minutos, removiendo de vez en cuando para que no se queme.
6- Sazone el mole poblano con sal, pimienta y el zumo de lima, adórnelo con chocolate rallado y sírvalo.