"La comida chatarra no sólo perjudica a los dientes o agranda la cintura, sino que también perjudica al cerebro”, según las últimas investigaciones.
Y es que el consumo de grasas trans, que se hallan generalmente en los alimentos fritos o elaborados, envía señales confusas y perjudiciales para el cerebro y disminuye su capacidad para controlar el apetito.
El doctor Gene Bowman de la Oregon Health & Science University, dijo que “por el consumo de comida chatarra, el cerebro se vuelve menos capaz de decir lo que ha comido y continúa con apetito y lo lleva a seguir comiendo
Está claro que las grasas trans son perjudiciales para el corazón y ahora, como vemos, para el cerebro”, dijo.