Alcachofa: "El protector natural del hígado"

Las frutas y verduras son esenciales en un patrón dietético equilibrado. De hecho, uno de los principales consejos alimenticios es incorporar, al menos, cinco piezas de frutas y verduras al día en nuestro menú. Una dieta y, por tanto, una cesta de la compra en la que no deben faltar verduras y hortalizas que, por sus propiedades nutritivas, reportan beneficios a nuestra salud.

Entre los alimentos que merece tener en cuenta se encuentran las alcachofas, cuyos componentes lo convierten en un excelente protector del hígado. Esto es gracias a la denominada cinarina, el mismo compuesto que, por cierto, le aporta ese sabor amargo característico de la alcachofa. La inclusión de la alcachofa en la dieta es especialmente aconsejable en los casos de trastornos hepáticos, como hígado graso, hepatitis, inflamación o transaminasas altas.

La cinarina, unido a su alto contenido en fibra, convierte a la alcachofa en una excelente compañera de nuestra dieta para combatir el colesterol, el enemigo silencioso de la salud. La alcachofa ayuda a disminuir la absorción del colesterol en el intestino, al mismo tiempo que reduce la cantidad generada por el hígado.

Si tienes problemas de azúcar, para combatir las subidas, la alcachofa puede ser una buena aliada. La alcachofa es una fuente de insulina que ayuda a regular los niveles de azúcar en sangre. Para reforzar este efecto, una especie, la pimienta, y su contenido en cromo, la cual ayuda a potenciar la actividad de la insulina.

Alcachofa alimento adelgazante

Otras de las propiedades de la alcachofa es su poder adelgazante. La alcachofa es una hortaliza depurativa, diurética y saciante, siempre y cuando se prepare de una manera sencilla (cocida, asada). Además de ayudar a perder peso, la alcachofa también facilita la digestión. Es cierto que es un alimento que, en algunos casos, puede provocar la aparición de gases, pero también acelera la digestión al incrementar la disponiblidad de bilis, el encargado de digerir los lípidos.