Washington.- En una cámara subterránea, la empresa fotográfica Kodak guardó por 30 años un reactor nuclear del tamaño de un refrigerador que fue empleado para experimentar técnicas de revelado con neutrones y sustancias químicas, sin el conocimiento de las autoridades locales. El artefacto, que contuvo 1.36 kilos de uranio enriquecido, se encontraba en Rochester, Nueva York.
La existencia del reactor nuclear aparecía consignada en varios documentos federales, pero no se especificaba su localización exacta, por lo que ni las autoridades de Rochester ni los vecinos tuvieron noticias del reactor que estaba sepultado en un búnker tras unos muros de cemento de 60 centímetros de grosor.
Albert Filo, quien fue científico de Kodak por 20 años, dijo que no representaba "ningún riesgo" para el público, ni para los empleados y la radiación emitida en las operaciones "no se detectaba fuera de las instalaciones".