Un ejemplo de cómo las expectativas positivas pueden convertirse en un motor de desarrollo y generador de bienestar económico es lo experimentado en los últimos 15 años en el sector de la gastronomía. Este sector como ningún otro logró concentrar esfuerzos para finalmente dar como resultado que los ojos del mundo estén puestos en el Perú, esperando ver cómo el sector es capaz de integrar a nuestra sociedad a través del desarrollo de toda su cadena productiva, beneficiando a productores primarios (pequeños agricultores y pescadores artesanales) distribuidores y finalmente consumidores finales.
A la cabeza de este desarrollo sectorial podemos identificar al empresario “visionario” (Gastón Acurio) y a todo un ejército de estudiantes de cocina (80.000) que en la actualidad se capacitan para convertirse en los futuros embajadores de este patrimonio cultural, y ante ellos, figuras mundiales, como la de Ferrán Adrià (el mayor exponente de la gastronomía mundial) sólo muestra su admiración y reconocimiento y advierte que “lo que está pasando en el Perú es único”.
La semana pasada se presentó el documental “Perú Sabe. La cocina, arma social” primero en Lima y luego en la sede de las Naciones Unidas, y en él se trata de contarle al mundo, cómo la gastronomía peruana se está convirtiendo en una “locomotora” que genera oportunidades económicas a través del desarrollo de miles de emprendimientos a lo largo de toda la cadena. Los retos son muchos y más que contar con una estupenda y seductora cocina, lo que se nos presenta a todos los peruanos es demostrar, cómo a partir de esta “fortaleza cultural” podemos ser inclusivos con los menos favorecidos de nuestra sociedad, ese es el gran reto de esta revolución (Con información de Jorge Palao para el diario La República).