En la próxima década comenzarán a funcionar dos poderosos telescopios: el radiotelescopio SKA, situado en Sudáfrica y Australia; y el E-ELT europeo, construido en la cima de una montaña en la región de Antofagasta, que será el mayor telescopio óptico construido en la historia.
Su principal tarea será investigar los orígenes y naturaleza de las galaxias, pero también buscarán señales de vida en planetas que ahora pueden apenas apreciarse.
Con un espejo de casi 40 metros de diámetro, el E-ELT, que estará completo en el 2024, podrá mostrar planetas orbitando otras estrellas y producirá imágenes 16 veces más claras que las del Telescopio Espacial Hubble.
Por su parte, Bob Nichol, astrónomo de la británica Universidad de Portsmouth dijo queos telescopios podrán captar señales, que podrían ser radiación de radares militares, de un millón o más estrellas cercanas. Por lo tanto, si hay civilizaciones avanzadas en planetas alrededor de esas estrellas, podremos verlas.