Por Jay Parikh
Y sin embargo, hay todavía 4.000 millones de personas –o un 60% de la población global- offline en el mundo. Alrededor de 1.600 millones de personas no están conectadas porque viven en regiones remotas sin acceso a redes celulares de banda ancha, lugares donde llevar la conectividad a precios razonables para todos, resulta hoy demasiado complicado o costoso. Para acelerar la solución a este problema creamos el Connectivity Lab de Facebook, un laboratorio que forma parte de nuestra iniciativa Internet.org y donde desarrollamos nuevas tecnologías como aviones, satélites y sistemas de comunicación inalámbricos.
El Connectivity Lab anunció hoy un enorme hito en su misión: el primer vuelo de prueba a escala total de Aquila, nuestro vehículo aéreo no tripulado de alta altitud. Aquila es un avión a propulsión solar que puede ser usado para llevar internet asequible a cientos de millones de personas en las regiones de más difícil acceso. Una vez completado, Aquila será capaz de volar en círculos sobre una región de hasta 100 kilómetros de diámetro, usando comunicaciones láser y sistemas de ondas milimétricas para radiar conectividad desde una altura de más de 60.000 pies. Aquila fue diseñado para vuelos de hasta tres meses de duración. Tiene el ancho de alas de un avión comercial, pero volando a velocidad de crucero consumirá apenas 5.000 watts, lo mismo que tres secadores de pelo o un horno de microondas.
Este fue el primer vuelo de un Aquila a escala total, tras meses de pruebas con una versión de escala 1/5. Fue nuestro primer “test funcional”, diseñado para verificar los modelos operacionales y el diseño general del avión. Para probar la capacidad total del diseño, llevaremos el Aquila hasta los límites durante una serie de vuelos de prueba en los próximos meses y años. Los fallos son previsibles y hasta incluso planeados para aprender más sobre la aeronave.
Este primer test funcional fue un vuelo de baja altitud y fue tan exitoso que el duró más de 90 minutos, tres veces más que lo previsto originalmente. Durante el vuelo pudimos verificar varios modelos de rendimiento y componentes, incluyendo aerodinámica, baterías, sistemas de control y entrenamiento del personal. En los próximos tests volaremos el Aquila a mayor velocidad, mayor altura y durante más tiempo, hasta eventualmente llevarlo por encima de los 60.000 pies. Cada vuelo nos ayudará a aprender y avanzar más rápido hacia nuestra meta.
Estamos entusiasmados por el éxito de este primer vuelo, pero sabemos que tenemos todavía mucho trabajo por delante. De hecho, lograr nuestra meta de volar el Aquila sobre una región remota para ofrecer conectividad durante un período de hasta tres meses implicará romper el record de vuelos de vehículos aéreos no tripulados a propulsión solar, que es actualmente de dos semanas. Eso exigirá además avances significativos en la ciencia e ingeniería. Y requerirá trabajar de cerca con operadores, gobiernos y otros aliados para volar estos aviones en las regiones donde serán más efectivos.
Pero estamos convencidos de que nuestro trabajo nunca fue tan importante. Nuevas tecnologías como Aquila tienen el potencial de ofrecer acceso, voz y oportunidades a miles de millones de personas alrededor del mundo, y de hacerlo más rápido y de forma más eficiente que nunca antes.