Dulces, piqueos y hamburguesas, entre otros “antojitos’ que sus hijos adoran, forman parte de una mala alimentación que no solo frenará su crecimiento, sino que los convertirá en niños y adolescentes obesos.
Por si fuera poco, tales casos se hallan ligados al aumento de la diabetes tipo 2, que resulta costosa de tratar y que puede derivar en más enfermedades, como la retinopatía, deterioro de los vasos sanguíneos de la retina, problemas cardiovasculares, pie diabético, insuficiencia renal y deficiencias neurológicas.
Este mal, caracterizado por el alto nivel de azúcar en la sangre, dura toda la vida. En la diabetes tipo 2, el cuerpo no responde correctamente a la insulina, hormona que lleva la sangre a las células para obtener energía. Mientras que en la diabetes tipo 1 ni siquiera se produce insulina.
El doctor Helard Manrique Hurtado, director médico del Centro de Investigación en Diabetes, Obesidad y Nutrición (Cidon), indicó que las dietas hipercalóricas (grasas y carbohidratos) y la disminución de la actividad física, por el uso excesivo de la computadora o de la televisión, hacen que los niños adquieran sobrepeso. “En la década pasada, los menores con diabetes tipo 2 representaban el 2% de los casos. Ahora, esta cifra se ha incrementado hasta llegar al 8%”, subrayó el especialista.