Roma.- Roma vivió hoy día una jornada de miedo y escepticismo. Y es que hoy cientos de locales no abrieron ante el temor de que se cumpliera un vaticinio que señalaba que la capital italiana iba a ser destruida por un terremoto el 11 de mayo del 2011.
La profecía habría sido hecha décadas atrás por Raffaele Bendandi, un astrónomo aficionado y entusiasta de la sismología que llegó a ser bastante famoso en la época de Mussolini.
Aunque las autoridades recalcaron que no hay forma científica de vaticinar un terremoto, millones de italianos se dejaron llevar por leyendas urbanas y se ausentaron de sus centros de trabajo.
Y no solo eso. Numerosas tiendas y centros comerciales prefirieron cerrar sus puertas y alegaron una serie de absurdas excusas.
“Cerrado por inventario”, se leía en los carteles colocados en muchos escaparates. “Cerrado por asunto familiar”, se leía en los ventanales de varios comercios. “Cerrado por enfermedad”, proclaman otros.