El clímax al que llega una mujer con el orgasmo pone a volar a su cerebro, ya que el flujo sanguíneo aumenta.
Así lo concluye un estudio realizado por científicos de la Rutgers University de Newark, en Nueva Jersey, quienes determinaron que la influencia de esta actividad disminuye la percepción del dolor.
La voluntaria para esta investigación fue Kayt Sukel, reportera del New Scientist, a quien pidieron que se estimule el clítoris durante seis minutos con los dedos, mientras un escáner de resonancia magnética detectaba cualquier reacción en su cerebro.
Durante todo este proceso, aproximadamente 30 áreas del cerebro se activaron, incluidas las que están relacionadas con el tacto, la memoria, la sensación de recompensa e incluso del dolor.
Este última variable les interesó a los investigadores, ya que arroja luces sobre nuevas formas de manejar distintas dolencias.