Beijing.- Recibir el Premio Nobel de Literatura 2010 a Mario Vargas Llosa le ha cambiado la vida en muchas formas positivas, pero también negativas. Así, por lo menos lo ha sentir el escritor peruano quien se siente víctima de la “peste periodística”.
“Cuando uno gana el Nobel de Literatura cree que va a recibir muchos halagos, y efectivamente recibe muchos halagos, pero se vuelve víctima también de una especie de jauría periodística, que lo persigue sin darle tregua, que no le deja escribir en paz”, señaló el autor de Conversación en la catedral, quien se encuentra de visita cultural en China.
“Siempre está uno rodeado de periodistas que le preguntan cosas inconvenientes, sobre las que uno no quiere hablar, y eso puede convertirse realmente en un gran estorbo”, afirmó el escritor
Vargas Llosa señaló que hay ratos que le dan ganas de huir a una isla desierta donde no haya hombres de prensa.