Algunos vecinos de la zona, al advertir que el agua se tornaba rojiza decidieron buscar las causas del hecho y comenzaron a seguir los rastros llevándose con la sorpresa de que cerca de 800 colas de canes habían sido tiradas.
Se cree que algunos inescrupulosos sacrificaron a los animales para comercializar su carne como si fuese de cordero, por lo que la Policía Nacional realiza operativos para evitar que dicha mercadería sea trasladada a otra zona.