Teherán.- A pesar de todo el dolor que le ocasionó en su vida, Ameneh Bahrami, la mujer iraní que en el 2004 quedó desfigurada luego de ser rociada con ácido renunció a último momento aplicarle el mismo castigo a su atacante.
“Lo he hecho por diversos motivos: por Dios, por mi país y por mí misma”, declaró la mujer de 32 años a la agencia de noticias ISNA poco después de salir del centro penitenciario donde se llevaría el castigo ordenado por las autoridades judiciales.
“He luchado durante siete años para que se llevara a cabo ese castigo 'ojo por ojo', pero ahora me siento liberada de que no haya ocurrido”, manifestó Bahrami, quien fue rociada con ácido por Mayid Mowahedi al negarse a casarse con él.
“Le doy las gracias por su generosidad y me arrepiento en lo más profundo de mi horrible acto”, declaró por su parte, el atacante.