El peruano Iván Carpio Bautista trabajaba en el piso 107 de una de los edificios del World Tride Center, cuando ocurrió el atentado que enlutó al mundo entero.
Carpio Bautista, quien ese día había cumplido 24 años de edad, se comunicó horas antes con su familia llegando sólo a decir “Tía esto es un infierno”.
Justo cuando les indicaba a sus familiares que él y los otros trabajadores estaban asustados y aguardaban por la evacuación, la comunicación se cortó.
El cuerpo de Iván nunca fue hallado entre los escombros, catorce meses después, su hermano mayor Christian Carpio no soportó la pena y se suicidó.
(Con información de La República)