Jesús “El Rey” Zambada tenía una vida de lujo. En su propiedad de 6,5 hectáreas ubicada en el centro de México contaba con animales exóticos y salvajes que hacían un zoológico privado, mostrando de esa forma los grandes ingresos que perciben los capos de la droga.
Burros, leones, pavos reales formaban parte de esta colección única de animales. Durante la intervención se pudieron encontrar armas y grandes cantidades de cocaína.