En su visita a la Habana, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, le dijo a su par Raúl Castro que el tema de los derechos humanos no debe ser usado como un arma política.
Así dejó por sentado su posición que tendrá repercusiones. “Yo concuerdo en hablar de derechos humanos dentro de una perspectiva multilateral”.
“No es posible hacer de la política de derechos humanos solo una arma de combate político-ideológico. El mundo tiene que convencerse de que es algo de que todos los países tienen que responsabilizarse, incluido el nuestro”, agregó.