En su discurso, la heredera del presidente Lula sin embargo advirtió que sería "intransigente con la violencia y el desorden". El gobierno y la sociedad no pueden aceptar que una minoría violenta y autoritaria destruya el patrimonio público y privado, ataque los templos, incendie automóviles, lance piedras contra los autobuses y trate de sembrar el caos en nuestros principales cent ros urbanos, señaló.