[Brasil] Dilma Rousseff se compromete a actuar en favor de los servicios públicos y a luchar contra la corrupción

Confrontada a un movimiento social de una rara envergadura, Dilma Rousseff prometió este viernes 21 de junio dirigiéndose a la nación un “gran pacto” a fin de mejorar los servicios públicos, comprometiéndose a hacer “mucho más para luchar contra la corrupción”. La jefa de Estado que no perdió la ocasión para condenar los actos de violencia y vandalismo que se produjeron en algunas manifestaciones, igualmente reiteró el apoyo de su gobierno al cambio social.

Entre los problemas que evocó, Dilma Rousseff insistió sobre su voluntad de desarrollar “transportes en común” de calidad a tarifas justas, la salud y la educación, a favor de lo cual desea consagrar el 100 por ciento de los ingresos petroleros del país. Un proyecto paralizado debido a fuertes obstáculos políticos.

La mandataria por otra parte anunció que iba a “recibir a los líderes de las manifestaciones pacíficas, a los representantes de las agrupaciones juveniles, de los sindicatos, de los movimientos de trabajadores, de las asociaciones populares”. “Necesitamos sus contribuciones... sus energías y creatividad, su apuesta por el porvenir y sus capacidades para señalar y cuestionar los errores del pasado y del presente”, subrayó la presidente.  

En su discurso, la heredera del presidente Lula sin embargo advirtió que sería “intransigente con la violencia y el desorden”. El gobierno y la sociedad no pueden aceptar que una minoría violenta y autoritaria destruya el patrimonio público y privado, ataque los templos, incendie automóviles, lance piedras contra los autobuses y trate de sembrar el caos en nuestros principales cent ros urbanos”, señaló.

Dilma Rousseff igualmente que Brasil necesitaba “oxigenar” su “sistema político” encontrando mecanismos a fin de hacer que las instituciones sean más transparentes... y más permeables a la influencia de la sociedad”. “Necesitamos, pero verdaderamente necesitamos, medios más eficaces a fin de combatir la corrupción”, insistió la mandataria carioca, pensando sin duda en los siete ministros sospechosos de corrupción que han sido destituidos desde que asumió el poder en 2011.

La presidente finalmente defendió los gastos incurridos a fin de organizar el Mundial 2014. “Quiero precisar que el dinero gastado en los estadios por el gobierno federal será debidamente reembolsado por las empresas y los gobiernos de los Estados que lo obtendrán beneficios”, señaló, para luego añadir que no “permitirá jamás que en el uso de los fondos del gobierno federal se ignore a sectores prioritarios como la salud y la educación”, añadiendo que “vamos a organizar una gran Copa del Mundo”.

El movimiento de protesta brasileño se inició el 13 de junio con una pequeña manifestación contra el alza de las tarifas en los transportes públicos que fue violentamente reprimida por la policía en Sao Paulo. Frente a esta represión, la cólera bruscamente creció y se expresó también contra el costo de vida, la corrupción y los 11 mil millones de dólares gastados en la organización de la Copa del Mundo de 2014, algo que consideran los manifestantes que va en  detrimento de las inversiones en los servicios públicos.

(Agencias)